jueves, 27 de marzo de 2008

Buscando la esencia… de vainilla

Tengo que admitir que no estoy acostumbrada a ir al supermercado. Pero hoy me tocó ir a hacer las compras para toda la familia. Nunca había sufrido comprando cosas, nunca me pasó de gastar mas de $500 y no disfrutarlo.

Existen distintos tipos de personas que te podés encontrar en un supermercado: las parejas de recién casados, en las cuales el marido acompaña a la mujer porque todavía es un tonto enamorado. Pero con el tiempo se da cuenta que es un bajón hacer las compras y deja que la mujer vaya sola. Lo que nos lleva a las mujeres que van solas, estas pueden ser muy peligrosas, utilizan sus changuitos y bolsos como armas, y si estás entre ellas y el producto que quieren comprar, tu vida corre riesgo. Pero las más jodidas, las capo-mafia, son las viejas. Son como unas abuelitas dulces, pero te miran fijo, con ojos fríos e inyectados en sangre, rodeados de las marcas del tiempo. No es aconsejable hacerle la contra a este tipo de compradoras. Todavía me recorre un escalofrío por la espalda al acordarme como me miraban.
Después están los hombres, van en grupo y compran pura cerveza y papitas, o solos, los cuales se los puede reconocer porque tienen una cara de perdidos en Tokio que es como un grito de auxilio.

De todo esto lo que mas me alarmó fue que vi un changuito tamaño miniatura, cual juguete. Primero pensé que era tierno, pero enseguida me di cuenta que era todo parte de un plan macabro para que los mas pequeños aprendan a comprar, mucho antes de poder pagar.

Y después estaba yo. Una compradora del estilo de chico perdido. Obvio que lleve lista. Sino me olvido la mitad de las cosas. A medida que tachaba ítems de mi papel, que después me di cuenta que estaba muy mal organizado, el changuito empezaba a pesar cada vez más. Era mas y mas difícil arrastrarlo ente las miles de góndolas y de personajes que había.

Con la mayor parte de los productos me las ingenie bastante bien. Pero después me toco la esencia de vainilla. ¿Dónde la esconden los repositores? Después de recorrer todo el local varias veces decidí pedir ayuda. Hable con una “chica repositora” y me dijo: “y no se… tenés que buscar”. Hay que ser hija de puta eh! De todos modos yo ya me lo esperaba. Las mujeres somos malas con otras mujeres. Seguro que si le preguntaba mi hermano, la mina lo llevaba hasta la maldita esencia de vainilla. Decidí probar suerte una vez más. Esta vez con un “chico repositor”. Teoría comprobada, el chico me dijo: “esta en el pasillo 7, en la góndola de repostería”. ¿Existe una góndola de repostería? Me quede tan asombrada con esto que me olvide de preguntarle al “chico repositor” cual era el pasillo 7. Porque claro esta, no vi los números por ningún lado. Pero cuando vi mucha harina toda junta, supuse que había llegado a destino. Harina, levadura, velitas, moldes, colorantes, bla bla bla me sentí en una casa de cotillón. Y de repente ahí estaba. La pequeña botellita, casi del tamaño de un esmalte de uñas, tapa colorada y una etiqueta que decía esencia de vainilla. Compre 6 botellas, no pienso volver.

martes, 4 de marzo de 2008

Campaña "Connectivity" by Converse



Converse lanza una campaña publicitaria celebrando 100 años en la música, el arte, el deporte y la moda. La campaña llamada “Connectivity” será lanzada en otoño de 2008 en más de 75 países.


Celebrando el centenario, la marca que siempre sacudió el status quo, utilizará a iconos como James Dean, Sid Vicious, Hunter S. Thompson, Dwyane Wade, Billie Joe Armstrong y muchos más. La idea es armar una conexión entre estos personajes. En Argentina la cadena finaliza en Sandro.




- Que zarpados los de Converse. Son unos ídolos -